El menú de la dolarización

Adoptar el dólar como moneda enfrenta un primer y enorme problema: la economía necesita dinero (dólar) para funcionar, y el BCRA no emite dólares.

Si no ingresan dólares del exterior la actividad económica caerá en un ciclo recesivo, pues no existirá el dinero necesario para realizar transacciones reales y financieras.

Para que ingresen los dólares necesarios la balanza comercial debería ser crónicamente superavitaria. Para que ello pase Argentina debe ser competitiva con el mundo, es decir, su productividad debe ser alta en vastos sectores económicos, ya que la herramienta de la devaluación -que permite ganar competitividad- no existe más, debido a la dolarización.

Argentina no es competitiva en muchos sectores económicos. Además, hay una razón adicional para perder competitividad: todo plan de estabilizacion tarda un tiempo en lograr su meta; mientras tanto Argentina acumularía inflación en dólares, y esta inflación acumulada es una pérdida de competitividad de carácter permanente respecto a países de más baja inflación (China, USA, Europa…)

Al no ser competitiva la economía, la balanza comercial sería cronicamente deficitaria, y habría una demanda de dinero-dólar que no podría satisfacerse. Este efecto se vería a su vez reforzado por la mayor demanda de dólares para importaciones que ocurre cuando la economía crece.

Así, la dolarización desaceleraría la inflación, pero habría una tendencia sistemática al estancamiento o la recesión debido a la falta de dinero-dólar.

Para evitar la recesión el sector público podría endeudarse para conseguir los dólares necesarios, pero esta estrategia tiene un límite, el default.

Si se desean evitar estos dos costos podrían subirse los aranceles para evitar la demanda de dólares por importaciones. Cerrarse al mundo en un mundo globalizado es algo bastante parecido al suicidio.

En síntesis, el beneficio de la dolarización sería la estabilizacion. Los costos son un menú de calamidades: podríamos elegir una recesión crónica, el default o vivir en el atraso, o una mezcla de todas estas opciones maravillosas.

Y aún así nada de esto garantiza que no haya inflación en dólares (inercia inflacionaria, suba de tarifas, aumento del costo de la energía, paritarias, y demás)

El último invento (muy) similar fue la Convertibilidad. En esa oportunidad, como abrimos la economía, elegimos las otras dos opciones del menú: recesión y default. Tan difícil es?

Es notable ver cómo algunos economistas no aprenden de los fracasos y proponen repetir (y empeorar) los errores del pasado. La explosión de la Convertibilidad, no fue suficiente?

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